Me gustaría compartir una reflexión que tiene que ver con el acto de donar y el laboratorio de tejedores en relación a la coreografía gestual-conceptual, recuerdo muy bien que fue casi en las últimas sesiones del Lab que se nos dio la tarea a cada uno de los tejedores de realizar una coreografía gestual, ¿gestual? Sí, gestual, sea lo que cada quien entienda por eso. Me sentí muy emocionado por hacer esa coreografía, yo no sé si me basé en la idea de lo gestual para hacer esa coreografía pero sí fue el punto de partida para realizar una pausa; tiempo después al materializarse la idea y verla en los ensayos la propia coreografía me develó que me interesaba trabajar con conceptos como quietud, silencio, protesta, reciclaje y lo sutil. Por esas fechas, justamente el día que se nos dio la tarea, me enteré del asesinato de la narvarte y realmente mi intención nunca fue hacer un homenaje o una coreografía dedicada a este penoso acontecimiento (no me atrevería), sin embargo no puedo negar que mientras esta pieza surgía, las afectaciones que me produjo enterarme de esta noticia estuvieron presentes durante el proceso de creación, en esos momento yo me preguntaba ¿cómo es posible que pasen cosas así en mi país? Y de alguna manera debo confesar que la gestual-conceptual fue pensada en un principio como una protesta; sin embargo mi intención no fue que las demás personas que la bailaran, protestaran, solo relato cuál fue mi experiencia personal en este proceso específico de Úumbal, pues de hecho es hasta este momento que platico sobre qué pasaba por mi cuerpo durante el proceso de creación.
Engelbert Ortega
Me enfrenté a la pena de equivocarme y en ciertos casos a sentirme ridícula. Confronté mis límites mentales.
Mis compañeros son muy talentosos y muchas veces no lo vemos, o no permitimos que nos compartan eso, sin embargo, en el laboratorio de tejedores era una obligación mostrar lo que sabíamos y aprender lo que no.
He sido quien más he fallado en asistencia al trabajo colectivo, y eso me ha hecho pensar sobre el compromiso que tienen mis decisiones y acciones, y me ha recordado ser responsable de mis pasos y actos.
Lidiar con el personal de vigilancia del Museo es difícil.
Un domingo supimos que la hermana de una persona cercana había sido asesinada en la colonia Narvarte. Entramos en shock. Nuestro cuerpo, momentáneamente, se comprimió otra vez.
Para mí este cuerpo que surge cada domingo ya es, y no persigo el ideal, pero sí apoyo la posibilidad de que crezca y como todo cuerpo cambie. Entonces me pregunto, ¿qué dice este cuerpo que hemos creado? ¿Qué nos dicen estos cuerpos?