Hacía muchísimo tiempo que no ponía mi cuerpo a disposición de un público, de una mirada externa… Estaba muy nerviosa. Sin embargo, bailé, mostré mis pasos, mi movimiento, mi forma de bailar y tuve la fortuna de que uno de ellos fuera elegido para una de las coreografías de Úumbal.
Me sentía nervioso porque mis papás me acompañaron y era la primera vez que me veían bailar así. Cuando llegué al Museo, quería ser el primero o el último en pasar. Graciosamente, fui el primero y todo lo que sufrí en la semana, mis padres presentes y yo nervioso, en ese momento ya no importó, sólo bailé.
Siempre me ha interesado la danza. Cuando vi que había una convocatoria de este tipo, se me hizo algo divertido mostrar a los demás un poquito de lo que amo hacer: zapatear. Durante la donación sentí muchos nervios, pero fue una experiencia linda.
La salsa choke es un ritmo contagioso, que invita al baile. Si bien es poco conocido, quise llevarlo al espacio de la Pasoteca porque siento que, como propuesta musical, contiene elementos culturales de un grupo social —con el que me siento identificada étnicamente— que en Colombia ha sido brutalmente golpeado por la guerra, pero que a pesar de ello, no ha dejado de bailar y crear.
Fue aproximadamente tres o dos horas antes de la cita en el Museo del Chopo que busqué en internet una canción que me gustara. Elegí I Want you Back de los Jackson Five y comencé a moverme de manera libre. Poco a poco fui estructurando mis pasos hasta que estaban listos, traté de no complicarme, de disfrutarlo y dejarme ser. Ensayé varias veces antes de que diera la hora de partir hacia el Chopo.