Campo de ruinas
¿Qué estamos haciendo los jóvenes para desaparecer? es un dispositivo interdisciplinario que aborda la problemática de los estudiantes universitarios desaparecidos en la República Mexicana desde 2003 a partir de testimonios reales.
Durante un recorrido escénico se evocan diversos espacios y momentos que han quedado suspendidos a la espera de que alguien vuelva a habitarlos. Se recuperan las historias de los estudiantes desaparecidos, de los que hoy no están, para hacer su ausencia presente y visible.
En esta pieza colectiva los espectadores son copartícipes y creadores creando un lugar en el que se entretejen micro-relatos de los acontecimientos violentos del país, donde a partir de testimonios ya existentes y los generados en ese momento se puedan imaginar formas de transformar nuestra realidad.
Testimonios que cuentan algo que tiene lugar.
Testimonios de testigos a quienes se les ha quitado la voz.
Testimonios como actos de resistencia, contra la normalización de la violencia, de la cotidianidad de la desaparición.
Cupo limitado a 50 personas. Favor de llegar temprano
Jueves 23 de enero 20:00 horas.
Viernes 24 de enero 20:00 horas.
Sábado 25 de enero 19:00 horas.
Domingo 26 de enero 18:00 horas.
Entrada libre
Según Amnistía Internacional (Informe de Misión a México del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias. Amnistía Internacional y ONU) se registraron en México más de 26,000 personas desaparecidas o no localizadas entre los años 2006 y 2012. La problemática de la desaparición y sus consecuencias son muchas veces negadas, escondidas o normalizadas y en muchas ocasiones no existen registros en bases de datos eficientes ni un apoyo real para los que buscan a sus seres queridos.
El colectivo Campo de Ruinas aborda la problemática de la desaparición así como el contexto de la violencia en México desde los testimonios directos de los familiares y amigos de los desaparecidos, llevando a cabo una investigación de los datos de los estudiantes, documentando las circunstancias de su desaparición y los efectos que tiene para sus seres cercanos. Las principales fuentes de investigación son notas periodísticas en diarios nacionales, blogs y páginas de Internet creadas por los familiares de los jóvenes desaparecidos, así como entrevistas con familiares y amigos de las víctimas.
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