BIOGRAFÍA COLECTIVA

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La Malinche  como “traidora”  o la justificación de la violencia contra las mujeres

Lucía Melgar

Mayo 2021

 

En su cuento “La culpa es de los tlaxcaltecas” de Elena Garro, Laura la protagonista que ha estado semanas ausente de su casa, le pregunta a la cocinera, Nacha, si está de acuerdo en que “la culpa es de los tlaxcaltecas”. Nacha asiente y prosigue el diálogo en la cocina:

  • Yo soy como ellos… traidora – dijo Laura con melancolía.
  • ¿Y tú, Nachita, eres traidora?

La miró con esperanzas. Si Nacha compartía su calidad de traidora la entendería y Laura necesitaba que alguien la entendiera esa noche.

Nacha contesta que ella también es “traicionera”.

Si al principio no se sabe a qué traición se refieren las mujeres, el desarrollo del relato en que Laura pasa del siglo XX a los días de la caída de Tenochtitlan, de su vida aburrida con Pablo, un  hombre obsesionado con la política del momento, a sus reencuentros con su primo marido azteca al que abandonó en el pasado por miedo, sugiere un cuestionamiento de la figura de la Malinche, mitificada en el siglo XIX y en textos como El laberinto de la soledad como traidora que “se entregó al conquistador” y que habría traicionado a una supuesta nación  “indígena”, como sabemos entonces inexistente. En el cuento de Garro, la mujer del presente reconoce haber traicionado en el pasado, por miedo a la violencia de las batallas, falla que su primo marido del siglo XVI pasa por alto puesto que, “al final de los tiempos”, regresa a rescatarla para unirse en un solo ser.  En este caso, el amor trasciende el tiempo y transforma la supuesta “traición” en un acto de sobrevivencia. Al mismo tiempo, la falta de amor en el matrimonio del siglo XX y la violencia del marido blanco resta fuerza a la posible interpretación del regreso de Laura con su primo como “traición” a aquél y al México blanco o mestizo.

Como Garro, otras escritoras mexicanas han reivindicado la figura de la Malinche ya sea aludiendo a su historia personal de hija vendida a mercaderes y por tanto traicionada por su madre (Castellanos) o refiriendo sus cualidades de “lengua”, traductora, intermediaria y diplomática (Glantz) . Desde la crítica feminista también se ha señalado lo problemático que resulta culpar a la Malinche de la derrota de los aztecas cuando no existía nación unificada indígena y cuando ella misma había sido sometida a múltiples violencias: la traición de su madre, su traspaso a los mayas y luego a los españoles, la violación o violaciones a que fue sujeta por parte de los españoles.

Más allá de las interpretaciones históricas sesgadas en función de una cierta construcción de la nación como mestiza o heredera de un glorioso pasado indígena (que no ha bastado para respetar a las población indígena de carne y hueso a lo largo de los siglos), podemos preguntarnos en qué medida ésta y otras mitificaciones  negativas de las mujeres han repercutido no sólo en el imaginario social sino en las actitudes y prácticas que han llevado a normalizar y trivializar la violencia contra las mujeres no sólo en  contextos de guerra y conflictos armados sino también en la vida cotidiana, en México en particular.

Ocultar la violencia de la conquista y de la guerra en relación con las mujeres es ocultar la sistematicidad de la violación y de la violación como arma de guerra. Si bien ya es común denunciar la forma en que las mujeres han sido vistas como “botín de guerra” desde tiempos remotos y se ha logrado que, a partir de las violaciones masivas que se dieron en la guerra de los Balcanes, se condene penalmente la violación como arma de guerra, persisten este tipo de prácticas y no sólo en zonas de conflicto. 

La configuración de las mujeres como subordinadas, desiguales y sin medios de defensa, se repite en cada conflicto armado donde los hombres violan a mujeres y niñas, las usan como sirvientas o esclavas sexuales o laborales. En ataques extremos como los que se dieron en Guatemala y Perú en los años 80 y 90, a la violencia sexual por parte de las fuerzas armadas se añade la mutilación, la destrucción de los cuerpos femeninos y el asesinato brutal de niños. En el caso de Perú, llama la atención un testimonio, que cita la crítica feminista Jean Franco en un artículo sobre la violación como arma de guerra ,  donde la víctima refiere que los soldados la llamaban “puta traidora del Perú”, lo que nos remite no sólo a la cosificación o animalización de las mujeres, también común en eso casos, sino a la construcción de éstas como enemigas tanto del “hombre”, como de “la patria”. Añadamos que el término “basurización” para referirse a la crueldad y violencia extremas infligidas a las mujeres y niñas, indígenas sobre todo, lo acuña Rocío Silva Santisteban en ese contexto de violencia racista y misógina.    

Si pensamos en el México actual, donde hay zonas de violencia semejantes a zonas de ocupación y conflicto armado,  y donde la violencia contra mujeres y niñas es una práctica si no general, común, en las calles y en las casas, quizá no se equipare ya a las mujeres con la Malinche pero persiste una misoginia aguda evidente no sólo en el feminicidio y la violación sino también en la estigmatización de las víctimas y sus familias, en los usos del lenguaje, en el silencio cómplice de la sociedad, en la impunidad, y ahora de manera más evidente en la indiferencia del Estado.

Quizá una manera de reivindicar a la Malinche no sea sólo desmontar su falsa traición o resaltar su prestigio sino destacar a las mujeres que hoy actúan contra la violencia y pese a ella y buscar nuevas formas comunes de resistencia.

 

Garro, Elena (2007). “La culpa es de los tlaxcaltecas” en Cuentos reunidos, FCE:27-40.

Castellanos, Rosario (2017). “Malinche” en Poesía no eres tú. Obra poética (1948-1971), FCE.

Glantz, Margo (1994). “Las hijas de la Malinche” en Esguince de cintura, Lecturas mexicanas 88, CONACULTA: 178-197.

Franco, Jean (2013). “La violación: un arma de guerra” en Ensayos impertinentes, Océano/Debate feminista: 193-210.

Silva Santisteban, Rocío (2008). El factor asco: basurización simbólica y discursos autoritarios en el Perú contemporáneo”, Red para el desarrollo de las ciencias sociales en el Perú.