BIOGRAFÍA COLECTIVA

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¿Yo también soy Malinche? ¿O me han hecho creer que yo también soy Malinche?

Estela Leñero Franco

Y sí, lo soy porque uso la palabra para expresarme y tengo la voz y lo escrito y las preguntas hechas a otros, a través de la palabra, como parte de mi profesión.

 

¿Malinche?

Malinche es la que los hombres han dicho que es,

lo que los hombres inventaron que fuera, quisieron que significara:

la traidora,

la que traicionó a su raza conquistada,

la colaboradora al servicio del conquistador,

pero

¿cómo ejercer el libre albedrío en una situación de esclavitud?

No se puede amar sin libertad, diría Amado Nervo,

y como esclava llegué a ser amante,

fui intérprete y políglota,

poseedora de la palabra

como María Antonieta Mendívil escribe,

o habla; iba a decir.

 

Soy Malinche porque me vendieron;

¿porque vendí a mi pueblo?

Ustedes dicen que traicioné a mi pueblo,

pero imagínense mi situación, tantos siglos atrás,

cuando apenas había tribus que convivían entre sí,

aliadas o enfrentadas, entre sí.

 

¿A quién tendría que haberle sido fiel?,

¿a Potchoncan que me regaló a Cortés?,

¿a mi madre olmeca que me vendió a unos comerciantes?,

¿a los xochimilcas, que también se aliaron con el conquistador?,

¿a los totonacos o a los de Huejotzingo?,

como escribe Nahum Megged

 

Yo traté de serme fiel a mí misma

de buscar cómo salir de la esclavitud a la que había sido condenada.

Quería conocer mundo

Aprender otras lenguas, como el castellano y ejercitar el náhuatl y el maya.

Convertirme en traductora e intérprete.

 

Quería estar en las reuniones claves,

donde se hacen los planes de guerra

y mediar entre los contrincantes

y pensar en qué es lo mejor.

 

Estar donde a las mujeres nos tienen prohibido

 

Estar.

 

Yo quise ser Malinche para

estar ahí,

donde se deciden los destinos,

intervenir (aunque fuera un poquito),

en el curso de la historia.

 

Participar en esa guerra y ayudar a construir la paz.

Y sí, hay que decirlo,

esta guerra fue hecha por caballeros, dicen,

que se creían superiores y querían tener, más y más y más.

 

Es el conquistador el que debe asumir las responsabilidades de su conquista;

de su crueldad y su avaricia,

de su guerra sanguinaria.

 

Las mujeres se quedaban en casa

cuidando la vida, la alimentación y los cultivos.

Curando heridos, sí,

muchos heridos

 

Y yo estuve ahí

como Malinche.

Estuve ahí para atestiguar la historia;

sus guerras y conquistas de hombres.

 

Me culparon,

me condenaron,

inventaron mi nombre

para hablar de traición,

que en nada tiene que ver con mi persona

sino con mi ser mujer,

a la que quisieron someter.

 

Pero estuve ahí,

presente.

Y no fui esclava,

sino mujer de conocimiento.

 

 

 

Estela Leñero Franco

Marzo 2021