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EXPOSICIONES

 

Batallas en el misterio
Reynaldo Velázquez Zebadúa
En el marco del 29 Festival Internacional por la Diversidad Sexual (FIDS)

 

Exposición (retrospectiva) del artista Reynaldo Velázquez Zebadúa, integrada por más de 30 esculturas en madera y una amplia selección de placas de grabado. Algunas de ellas se exhiben por primera vez. El trabajo del autor destaca por el alto grado de detalle y destreza con el cual talla, en diferentes tipos de maderas, figuras inspiradas en la anatomía y el movimiento del cuerpo masculino.

 

A manera de recorrido metafórico sobre diversos estados y etapas del ciclo de vida humano, la muestra explora los impulsos creativos e intelectivos de Reynaldo Velázquez. Los ejes nodales son, por un lado, la búsqueda y encantamiento en torno al conocimiento erudito y artístico de la primera modernidad occidental; y por el otro, un cuestionamiento simbólico de la seducción que produce en nuestra psique la forma volumétrica y figurativa humana, como detonante del deseo y como evidencia de la eterna inclinación que tenemos tanto por el eros como por el thánatos.

 

Las esculturas de Reynaldo Velázquez representan seres contorsionados, retraídos, desahuciados y despojados deliberadamente de sus ropas y cabello; se encuentran desnudos y extraviados bajo una condición de humillación pública. Se trata de individuos vulnerables que ejemplifican la vileza que puede alcanzar el ser humano, apunta el curador de la exposición.

 

El artista busca confrontar a los espectadores con su propia arrogancia, la que propicia condiciones de despojo, de diversas maneras, hacia sus semejantes; el propósito es evidenciar ese afán por diluir el valor de un sujeto por ser distinto.

 

La exposición de sus esculturas detona la fetichización del deseo, es decir, surge la atracción hacia el cuerpo de un sujeto para poseerlo y liberarlo, aunque sea simbólicamente. Hay un goce socialmente restringido; de modo simultáneo despierta una fascinación oculta por presenciar y en ocasiones disfrutar, el dolor y la tragedia ajena, frente a la cual procuramos levantar una barrera.

 

Ambos casos, estima el curador, representan un acto de poder y un ejercicio de control, así como un distanciamiento simbólico de algo amenazante. ¿Qué puede ser aquello amenazante? No sólo la miseria o el abandono, también aquello que por ser aparentemente ajeno, es desconocido o diferente.

 

Velázquez Zebadúa se considera un individuo que en el acto creativo vierte su desasosiego e ímpetu contenidos en la paradójica naturaleza humana: constructor-destructor; piadoso-intransigente; controlador-laxo; egoísta-solidario

 

Curaduría: Alfredo Matus

 

 

Hasta 3 julio

Galería Arnold Belkin

 

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Reynaldo Velázquez Zebadúa (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1946). Su formación en el arte y la cultura ha sido autodidacta, junto a personas que le facilitaron su acceso al conocimiento. Antes de su inmersión en el terreno de las artes visuales, Velázquez se interesó en la literatura;era asiduo visitante de una biblioteca pública de su ciudad.

 

Se acercó a textos clásicos como la Ilíada y la Odisea, la Divina Comedia; a la obra de Racine y otros poetas franceses, a William Blake y Shakespeare y a Calderón de la Barca y Cervantes, entre otros. Aprendió francés, alemán y griego, idiomas en los que se inició bajo sus propios métodos de aprendizaje.

 

Más adelante, comenzó su inmersión en el dibujo y la pintura;su mentor fue un refugiado español con quien construyó un análisis sobre arte y cultura, mediante el intercambio de ideas y conocimientos.

 

El artista adquirió una perspectiva universal y occidental del mundo que le permitió ver más allá de su entorno tradicional. Definió su gusto por el universo clásico, rechazando la modernidad del arte de principios del siglo XX.

 

Ha vivido en la Ciudad de México y en Chiapas por temporadas, lo que le ha permitido involucrarse en el circuito del arte y el coleccionismo.En sus viajes a Europa conoció lugares citados en los libros; de ahí su interés por plasmar en relieve las portadas de obras clásicas. Se interesó por la escultura italiana y la arquitectura europea clásica –la cual incorpora arte escultórico–, importantes referentes en su producción tridimensional.

 

En el ámbito de la pintura, Velázquez Zebadúa intentó construir un sistema métrico similar al de la música. Sin embargo, a finales de los años setenta definió su interés por la escultura, quehacer que ha desarrollado en paralelo con la gráfica.

 

 

 

 

 

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Col-Lola-Izurieta

Angelito, 1997. Reynaldo Velázquez. Tallado en madera de jacaranda
15 x 7.5 x 7 cm. Colección particular

 

Diablito, 1997. Reynaldo Velázquez. Tallado en madera de caoba.

15.5 x 7 x 5 cm. Colección particular

Col-Lola-Izurieta

Chac-Mool Masculino, 2005. Reynaldo Velázquez.

Tallado en madera de caoba. 8 x 21 x 10 cm. Colección particular

 

 

   

 

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